En la segunda mitad de la década de los 80, el arquitecto japonés Toyo Ito propuso en una serie de exposiciones un alojamiento para un personaje al que nombró La chica nómada de Tokio. Una mujer joven utilizaba los servicios de la ciudad durante el día y guardaba los bienes imprescindibles en un refugio mínimo al que acudía a descansar por la noche. Un concepto que Jupe parece querer recuperar. Un objeto que nace con la voluntad de llevar ese modelo a una escala territorial, donde el aventurero se convierte en digital y hace uso de las prestaciones de la red para interactuar con el mundo que le rodea.