Intervenir en inmuebles históricos es, por lo general, uno de los desafíos más estimulantes para los diseñadores. Ronan y Erwan Bouroullec, con la colaboración de Flos, han realizado un ejercicio complejo de diálogo entre historia y diseño contemporáneo; un equilibrio entre la personalidad propia de lo nuevo y la memoria restaurada por uno de los arquitectos más influyentes de nuestra época.