El diseñador y arquitecto Per Carlsen imagina amplios mundos imposibles donde las formas colosales ejemplifican un poshumanismo espeluznante, perverso y amenazante. Un reflejo del ser humano como mero espectador de lo que ha hecho, de lo que ha edificado y destruido al mismo tiempo o de su propia herencia en una realidad donde ha sido una simple coincidencia.