La galería Philippe Gravier lleva desde 2008 estableciendo su interés por la relación entre la arquitectura, la escultura y el arte. Creadores de prestigio internacional exploran los límites de sus doctrinas con diseños, muchas veces sin ninguna utilidad aparente, pero aportando la belleza que transmite la frivolidad inocente de un pabellón, un folie o una cabaña.