El cliente compró una casa en construcción con una superficie de 800 metros cuadrados en Marbella (España), pero no le gustó ni el color ni la forma y pidió a Kerimov Architects que reconstruyera el edificio. Aquí surgió la difícil tarea de transformar una típica caja blanca en un objeto único que satisfaga el gusto del cliente y el contexto natural de la zona.