El nuevo recorrido de la Marbella Design Fair
La distribución simétrica a modo de ruedo en el Palacio de Congresos de Marbella acentúa, sin saberlo, el gran contraste que reina en esta edición. A diferencia de las exposiciones anteriores, donde el conglomerado de límites indefinidos nos llevaba a través de un recorrido por mundos y magias, en esta ocasión somos transeúntes de un espacio abierto que han de romper la cuarta pared para encontrar los hallazgos.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Atravesando marcos indiscretos, accedemos por un instante a pequeños recintos ajenos, pudiendo volver al presente con tan solo pisar el pasillo. Propuestas con públicos y objetivos muy variados que, en lo efímero de unos minutos —a veces incluso segundos—, pretenden enamorar al atrevido que se asoma. Unos invitan a pasar, otros a mirar de reojo, muchos a descubrir cada rincón y algunos a cerrar esa puerta imaginaria y quedarse en ese paraíso para siempre.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
A nivel conceptual, podemos distinguir tres vertientes: los habitáculos muestrario, en los que el propósito es un ejercicio de encaje entre los productos de los patrocinadores conseguidos; las estancias réplica o prêt-a-porter, donde todo está tan medido y la composición es tan acertada que solo falta ajustarla a las proporciones del cliente; y, por último, las secciones que van un paso más allá en la búsqueda incesante de ideas que eleven el espíritu y permanezcan en la memoria, para llevar el diseño a terrenos por explorar. Cada uno localiza a su target y cada uno crea una experiencia inigualable, que se completa con impasses de arte de galerías internacionales envolviendo el pabellón en una atmósfera de lujo y apariencia.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
La pasión interiorista por el baño
De todas las habitaciones, la favorita de este año parece ser el baño. El momento más íntimo cobra ahora dimensiones mayúsculas y se materializa en dos corrientes opuestas. Por un lado, la elegancia y la sobriedad del blanco y negro, a la que acompañan formas básicas como el círculo o el cuadrado.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Destaca por su delicadeza el de Marisa Gallo, con vetas marmóreas y verticales, el del galardonado Alberto Aranda, cuyos juegos geométricos presentan guiños pesqueros, o el idilio tropical de Ele Room 62 y su Amani Inainama, donde la lámina de agua y las texturas cálidas atrapan las miradas.
Por otro lado, la anfitriona ciudad marítima no podía obviar la importancia del Mediterráneo en la arquitectura. Con este lenguaje, nos atraen los patrones y tonos de Madrid in Love, el viaje a Cerdeña por sus tradiciones, su naturaleza y sus edificaciones sardas de la mano de Simona Garufi y el retorno a las raíces, a la artesanía y a la bella imperfección de los cortijos almerienses de Javier Escobar.
Foto: © Marbella Design Fair
La sala de estar como territorio ilimitado
Si caminamos hacia el salón, nos topamos con dos interesantes proyectos que ahondan en la noción y evolución del propio diseño. De los límites imperceptibles nos habla Welcome Design, olvidando la división física de las salas e indagando sobre la extensión matérica de la luz, abriendo un gran marco de posibilidades, ambientes y matices.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Garufi se impone otra vez con el fin de tratar magistralmente la oposición entre lo urbano y el lujo, como un símil del existente en la feria. Para ello, toma un mueble bar dorado y lo rodea de componentes más bastos, como la contextura del cemento de las paredes o los hilos de plástico de las banquetas. Cada una de las piezas en sus intervenciones exhiben esa dicotomía, como la obra de arte del techo, que pudiera ser un grafiti o la infinidad y el anhelo del espejo.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Domótica inmersiva. Escenarios inmediatos
Cierran este itinerario ficticio dos universos que se salen de lo convencional y se adentran en lo interactivo y sensorial. Son lo contrario a lo que les circunda, puesto que su misión busca la brevedad, la vivencia efímera. The Lab está formado por un pasillo lleno de líneas lumínicas de colores que brindan estímulos visuales y auditivos, en un entorno que es y no es al mismo tiempo, y que teletransporta a otra realidad.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Con la iluminación y el sonido también como protagonistas, Soledad Ordoñez, en un acto de rebeldía, plasma la estancia más arriesgada, controvertida y atractiva. Con su lema Perfection is false planta cara a los estándares de lo esperado y da rienda suelta a la creatividad con elementos funcionales pero efectivos, sentando las bases de un nuevo idioma, un nuevo público y una nueva conversación.
Foto: Gonzalo Botet © Marbella Design Fair
Un reflejo de los lugares tan diferentes que nos ofrece la ciudad malagueña —13 de ellos intervenidos por los productos de la firma GM Modular— y que nos deja con un inconexo cúmulo de sensaciones que podría enriquecerse con una experiencia más inmersiva y continua. No obstante, comienzan a verse atisbos de una nueva era para el sector del interiorismo de lujo que abre las múltiples puertas para su futura edición.