El acto de crear una casa es necesariamente un ejercicio de diálogo. De alguna manera, el diseño tiene que resonar en sintonía con el ADN del cliente, lo que implica entender sus necesidades, sus ambiciones, pero también sus preocupaciones. Y el estudio vasco Tenka ha concebido una vivienda donde la geometría curva articula un espacio experimental que se identifica con el modo de habitar de sus inquilinos.