Allá por 1952, la Asociación de Propietarios y Pilotos de Aeronaves de EE. UU. (Aircraft Owners and Pilots Association, AOPA) se puso en contacto con Willy Breitling pidiéndole un nuevo cronógrafo para sus socios. Nada más y nada menos. Imagínense, un reloj para pilotos forofos del vuelo privado. El relojero se decidió por desarrollar un instrumento de pulsera innovador con el que se pudieran efectuar cómodamente todos los cálculos necesarios durante el vuelo. Así que el reloj debía ser capaz de calcular la velocidad media, distancia recorrida, consumo de combustible, velocidad de ascenso y descenso y conversión de millas a kilómetros o millas náuticas. Enfin, una herramienta que superaba la función básica de cualquier reloj: dar la hora con la mayor exactitud posible.
En aquella época, los pilotos hacían estos cálculos mediante la conocida como “regla deslizante logarítmica”, muy utilizada por ingenieros y arquitectos. Willy Breitling adaptó a los usos aeronáuticos la regla de cálculo logarítmica original del reloj Chronomat de la década anterior, integrándola en un bisel rotatorio rodeado por pequeñas bolas que facilitaban su manejo. Una genialidad revolucionaria.
La caja quedó diseñada con un diámetro de 41 mm, mayor que cualquier otra de la época. El tamaño se justificaba porque lo importante era que fuera fácil leer la información que proporcionaba la esfera. La legibilidad se reforzaba mediante los números de grandes dimensiones conteniendo radio en su interior, que contrastaban con la esfera negra.
De aquella asociación de aviadores a ser proveedor oficial del Gobierno de los EEUU y de gran parte de las mayores aerolíneas del mundo no pasó demasiado tiempo, como demuestran estas publicidades de la época. “El mundo de la Aviación ha elegido Breitling – ¡Usted no puede ser menos!”
Breitling consolidaba su trío ganador con los modelos Unitime, Chronomat y Navitimer, y quedaba para siempre asociada a la aviación, posicionándose como la marca fiable por excelencia, como muestra este anuncio de los 50.
La reedición del Navitimer de 1959 es de un perfeccionismo rayando en la obsesión. Ha sido una de las estrellas de Baselworld 2019. La casa Breitling se ha esmerado al máximo para reproducir hasta el más mínimo detalle el original, concebido inicialmente para pilotos de avión. La precisión en su máxima expresión. De hecho, las únicas concesiones a la modernidad son la resistencia al agua, que se ha aumentado a 3 bar (30 metros), y un recubrimiento Super-LumiNova® para el cual se ha prestado una atención muy especial al color para garantizar que se alinee con el envejecimiento del material luminiscente en relojes anteriores. Su acabado a mano le da a la esfera un toque adicional de encanto vintage y todo su carácter. El navitimer ref. 806 1959 Re-Edition está impulsado por el Breitling Manufacture Caliber B09, un calibre de cuerda manual con certificación COSC basado en el famoso Breitling Caliber 01 y desarrollado específicamente para reediciones históricas.