Entender una obra concreta quizá no sea tan relevante como comprender el modo de ejecutarla. En ese sentido, el edificio rojo de Ismail Solehudin en Indonesia invita a reflexionar ampliamente sobre el vivir contemporáneo sin ponerlo en crisis, asumiéndolo como algo dado para elaborar todo un campo de soluciones a través de la experimentación lúdica con el entorno doméstico y una imaginería infinita.