Entre ellos, la exhibición para Machado-Muñoz —en donde mostró piezas de salvaje sofisticación— y una de sus incursiones más recientes y reconocidas en el último año: el laureado restaurante Mo de Movimiento, en Madrid. En ese espacio ha podido poner en valor los recursos de la artesanía y el uso de materiales de desecho, así como plasmar de manera rotunda, sensible e inteligente sus conclusiones sobre consumo, contaminación y reutilización.