¿Un secreto? Esta proyección no solo es un homenaje a Vorwerk y Thermomix, sino también un guiño cinéfilo al director Stanley Kubrick. Y no nos referimos a la vinculación más evidente con 2001: Una Odisea del Espacio, sino a la famosa vivienda de La Naranja Mecánica —de Norman Foster, por cierto—. La predilección por la silueta curva, las texturas lacadas y reflectantes en revestimientos de blanco brillante, los juegos de alturas y desniveles… representan un interiorismo con aire vintage, muy en línea con la década de los 60. O sea, la etapa histórica de la revolución de la Thermomix, de la carrera espacial, e, incluso, del momento en el que el primer ser vivo orbitó sobre la Tierra gracias a la perrita Laika, quien también tiene su hueco en este singular espacio.