El aplique de pared Pantheum, colocado como un mosaico, se basa en el artesonado del Panteón de Roma; mientras que la serie de edición limitada Requiem mira de cerca la técnica de los paños mojados de la escultura sepulcral clásica: el resultado son cortinas frágiles que se funden con anillos, tubos y esferas por medio de una oda etérea al material. En Vesper se condensa la influencia geométrica vinculada a las catedrales modernistas, y de manera más tubular y rectilínea, tenemos a Altar. Por su parte, Chant es una configuración cuadrada de cubos de vidrio, pensada como aquella alternativa a las vidrieras en la década de los 70. Y, por último, la cascada Hail —de seis metros de altura—representa los contrastes en las ventanas ojivales de los grandes arcos de las iglesias. El éxito de Divine Inspiration es compartido. Lámparas y escenas mantienen una suerte de diálogo litúrgico, donde no se sabe qué fue primero, si el diseño lumínico o la arquitectura. Un dilema que responde a una creación en la que Dios, quién sabe, quizás exista.